Existe una creencia popular de que bonsái Es un árbol difícil de cuidar y, sobre todo, de mantener sano y vigoroso. Pero no es así.
Cuidar uno de estos pequeños árboles no es una ciencia imposible, sólo hay que seguir unas pautas básicas y respetar algunos aspectos fundamentales.
¡Cultivar un bonsái es un arte!
Estas pequeñas especies de plantas forman parte de la decoración interior de los hogares y aportan elegancia y color al espacio en el que se ubican.
Los cuidados básicos son regar, abonar, podar o trasplantar.
La palabra “bonsái” es de origen chino bon=bandeja y exterior=cultivar y consiste en el arte de cultivar árboles y plantas en pequeñas macetas.
El tamaño de las especies vegetales se reduce mediante técnicas como la poda o el trasplante.
El resultado de esta técnica son estos pequeños árboles, de formas imposibles y dimensiones elegantes, que se pueden encontrar en interiores o jardines exteriores.
Para muchas personas, cuidar y cultivar un bonsái se ha convertido en una eficaz técnica de relajación y una buena forma de escapar de los problemas o estrés del trabajo y la ciudad.
Los cuidados necesarios para un bonsái: pautas y aspectos fundamentales
Cultivar un bonsái puede parecer una misión imposible y una técnica compleja, pero esto dista mucho de la realidad. Si sigues todos los pasos y pautas, tu retoño crecerá sano, vigoroso y alcanzará un tamaño elegante.
El cuidado de esta pequeña especie vegetal va ligado al riego, poda o trasplante de la planta.
Regar un bonsái Es una de las partes más importantes, si no la más crucial, en el crecimiento de estos pequeños árboles.
El riego y la cantidad de agua dependen del tipo de especie de bonsái, su ubicación o la época del año.
¿Cuándo y cómo regar estas plantas?
Esta operación debes realizarla cuando notes que el árbol necesita agua, es decir, cuando notes que el sustrato está seco.
Debemos regar abundantemente hasta que la tierra esté completamente mojada y hasta que el agua salga por el drenaje. Para ello se recomienda utilizar una regadera con agujeros finos.
Este tipo de herramienta evitará que la tierra se mueva y dañe las hojas de la planta. Debes regar desde arriba hacia el principio, y luego regar bien, como mencionamos anteriormente.
También es recomendable rociar la planta de vez en cuando, ya que las que están en el interior quedan privadas del rocío de la mañana y acumulan mucho polvo.
Ubicación: otro aspecto clave para el desarrollo del bonsái
Dónde colocar el bonsái es de gran importancia para que el árbol crezca de forma óptima.
Antes de colocar la maceta hay que tener claro si la especie de bonsái se encuentra en exterior o si puede desarrollarse de la misma forma en interior.
Un bonsái es sólo un árbol pequeño y, como sus hermanos mayores, necesita mucha luz solar (aunque no sea directa), aire, lluvia (por eso conviene rociarlo de vez en cuando).
Para las variedades que se pueden cultivar en interior, se recomienda colocarlas cerca de ventanas grandes y bien iluminadas, en ambientes fríos, lejos de dispositivos emisores de calor.
Fertilizar un bonsái
El bonsái, como todas las plantas, necesita nutrientes para sobrevivir.
Al estar plantado en macetas pequeñas, el abono es un aspecto muy importante para el crecimiento del pequeño árbol.
¿Cuándo fertilizar? El fertilizante debe usarse durante los períodos de mayor crecimiento, o en otras palabras, en Primavera y finales de verano (nunca invierno ni calor extremo).
Se debe fertilizar en pequeñas cantidades pero con frecuencia.
Hay dos tipos de fertilizantes, líquidos (que disuelves en agua para el riego) o sólidos (que pones en la tierra de la maceta).
Poda, la técnica que da forma al bonsái
Mediante la poda podremos darle a nuestro bonsái la forma que queramos. Consiste en cortar ramas que consideramos inútiles o defectuosas para controlar el tamaño, crecimiento y fortalecimiento del árbol.
No existe un momento perfecto para la poda, ya que dependerá del tipo de especie. Como norma general, se recomienda cortar las ramitas a principios de primavera.
Del mismo modo, también es aconsejable la poda del bonsái, es decir, aumentar la densidad de las hojas y reducir su tamaño, podando los brotes y los tallos.
Con esta última técnica puedes corregir la inclinación de las ramas colocando un alambre sobre las ramas y sobre el tronco, sin apretarlo mucho para no dejar marcas en la corteza.
Trasplantar un bonsái
Como muchas plantas, el bonsái también necesita ser trasplantado en algún momento de su vida.
Cuando sus raíces crezcan hasta ocupar toda la maceta, cuando la tierra se desgaste o cuando notes que el agua no penetra tan fácilmente, será el momento de pasar el árbol a otro recipiente.
Para que el trasplante sea exitoso es necesario seguir estos pasos:
- Prepara la maceta, las herramientas y la tierra.
- Levante el bonsái de la maceta y retire la tierra vieja.
- Corta parte de las raíces (aproximadamente un tercio).
- Planta el árbol en una maceta nueva, con tierra nueva (te recomendamos consultar con un profesional para identificar el mejor sustrato para la especie que pretendes trasplantar). Introduce las raíces con cuidado, utilizando un palo por ejemplo, y evita la formación de bolsas de aire.
- Riegue bien hasta que el agua salga clara y fluya (los agujeros en el fondo del recipiente).